EL CHACAL KYOSUKE

EL CHACAL KYOSUKE
La Esencia del Atiy

martes, 29 de marzo de 2016

EL REFLEJO DEL ALMA : Parte I

Una tarde cuando el Sol seguía brillando entre las nubes grises de un día tranquilo, no había mucho que hacer en los momentos de ocio, el pasar del viento mientras jugaba con las hojas del árbol que podía contemplar mientras estaba recostado, una brisa leve que seguía un rumbo indefinido. Tiempo de descanso para reflexionar sobre la vida y lo qué se realiza en el día a día, pensando y meditando sobre lo que se pueda decir sobre la muerte y la manera de vivir en cualquier aspecto sombrío de la vida en los momentos apócrifos de las disertaciones  de algunas decisiones que uno tiene que escoger en algún momento indicado, en la circunstancia precisa para generar el punto de quiebre de toda reflexión.

Caminando rumbo a su casa, todo estaba en movimiento, veía pasar personas, miraba rostros y percibía pensamientos, era todo con un tiempo plausible que todo detalle era contemplado. Faltaba poco para llegar a aquel pasaje donde jugaba cuando era más pequeño, cuantas historias podría narrar de aquel trayecto que me acercaba a mi casa. Aun pienso que es un pedazo de cemento que podría simbolizar algo de la física cuántica, quizás un agujero de gusano, un acercamiento dimensional espacio-tiempo, tantas cosas que imaginaba cuando pensaba en las situaciones más triviales de una pequeña mente que le gustaba soñar en medio de sueños y pesadillas donde conversaba con la sombra de su vida y los arboles con sus hojas lo acompañaban.
En el sendero de muchas cosas elegidas al azar o quizás discernidas por algún motivo en especial, se dirigía al sur del lugar de su residencia donde era el acompañante de una persona, aún en esta situación de especial consideración seguía pensando sobre el devenir de los posibles sucesos de una interconexión de una completa red de pensamientos y razonamientos mientras contemplaba el cielo que me cubría con su manto de tranquilidad e incertidumbre, dejando los rastros de aquella luz que levemente se iba alejando para luego regresar si existía otro día para ser realizar lo que creamos conveniente. 

Quién diría que no sucediera en los días normales que podrían ser los especiales para confesar alguna anécdota o secreto en el medio de todo el vaivén de ideas y locuras, una tarde para viajar hacia el sur y olvidar algunas cosas, distraerse la mente mediante un escape sutil de toda situación que comprometa memorias y recuerdos que no deben regresar al presente.
Quizás en este momento, dos personas rumbo a un destino ya fijado hacia ese sendero que habían acordado para poder pasar un momento lejos de muchas cosas que compartían los dos, eran dos personas tan parecidas como tan diferentes, la mayor diferencia tal vez era la percepción de las cosas para realizar las cosas, años más o años menos de vivencias que uno desconocía del otro, o probablemente se conocían más de lo que creían. Solamente faltaba un pequeño punto de quiebre para conocer en verdad a la otra persona que la brisa de un sentido venga hacia las decisiones en momentos, sucesiones definidos en un instante que no queda ningún pequeño haz de luz para escapar de todo lo pasaría sin saber que todo se daría sin darse cuenta de que los pasados apócrifos relucirían con esa luz que oculta todo lo visible.

Mientras conversaban los dos sobre los dilemas tan comunes que convergían en las mismas conclusiones. Realmente Yue seguía pensando en no pensar nada, solamente divertirse un grato momento con sus amigos de la universidad, había pedido que la acompañe el chico que compartía tantas cosas de la vida, no podía describirse sobre la persona del chico que tenía el honor de acompañarla en esa noche, una linda chica de una bella y muy linda sonrisa, alegre y risueña en todo momento. Un pequeño instante de una trivial coincidencia para que comenzaran a conversar, un sueño dulce en medio de la realidad que uno desearía que fuera otra para no abandonar la verdad de un sueño o quizás una pesadilla. La sonrisa que lo alegra todo para el pequeño Nicko era lo que necesitaba para sonreír en los peores momentos, cuantas veces le decía sobre su linda sonrisa y sus lindos ojos que lo alegran todo lo demás. El suave ceño que formaba cuando se molestaba con él, mientras él sonreía al contemplarla ligeramente molesta aunque él percibía que no era así, ella estaba alegre de que fuera sincero siempre.


Los secretos eran los suspiros que se iban levemente al brindar con palabras o con bebidas para aliviar los dolores del alma. No se podría pensar en mayor secreto que guardaban que todo mundo sabía pero cuánto sabían o cuánto conocían para decir lo que en verdad estaba pasando en los momentos evidentes de un secreto oculto a simple vista, la pregunta sería quién lo descubriría ante la percepción de sus ojos.

Habían pasado algunas horas desde su encuentro de ese día hasta el destino que le deparaba ese camino, conversando de las cosas, ella le presentó a sus amigos y unas chicas, todo dentro de lo normal, era el sur de la diversión, donde todo podría estar permitido dentro y fuera de la ley y de las normas. Conversando, una tertulia entretenida de temas importantes y triviales para aprender sobre la convivencia que se dan entre las diferentes personas que uno puede conocer durante la vida. Había pasado una hora aproximadamente para que la discoteca empiece la fiesta, aquella reunión de amigos dispuestos a liberarse de las tensiones de todas las maneras posibles, las diferentes personalidades que estaban en el lugar era interesante para Nicko, era la primera vez que estaba en el sur en una de sus discotecas. Todo le parecía interesante mientras sus Ojos estaban más sensibles que otros días, mientras  conversaba con las chicas que acababa de conocer sobre temas culturales o temas personales…

Yue seguía conversando con sus amigos tomando un trago de su elección mientras se reía sobre la vida, sus amigos estaban atentos a sus palabras como en otras reuniones que habían tenido, su amigo cercano comenzaba a contemplarla de manera diferente esperando una oportunidad. En  medio de todas canciones que sonaba en toda la discoteca, Nicko seguía percibiendo a las personas de su alrededor… Yue había dejado de lado a Nicko para conversar con los chicos que eran atractivos a la vista de cualquiera que estuviera en la discoteca donde estaban siendo parte del público de la belleza que se emanaba en una zona cercana de los proveedores de las bebidas…

Iba pasando el tiempo amenamente entre conversaciones y bailes… Era la primera vez que bailaban los dos, ayudaba que nadie conocía la verdadera situación de cómo se habían conocido, era una verdad a medias, o simplemente se ocultaba parte de la verdad sin caer en la mentira o falsedad de un argumento con algo de falacia. Todo andaba bien ni uno pensaba que ambos se comprendían bien al bailar, él seguía siendo un chico algo tímido y ella la chica risueña y sociable que alegraba con su sonrisa. Eran dos personas, dos jóvenes que pasaban un momento alegre en medio de un ambiente lleno euforia y quizás a veces llena de histeria colectiva para lograr olvidar alguna pena y celebrar cualquier motivo para justificar un trago sin que se juzgue y no haya presión de alguna objeción para refutar.
Había pasado momentos de alegría, mientras todo pasaba todo ocurría sin darse cuenta del lapso de lo ocurrido, no quedaba mucho que decir, los Ojos de la Luna comenzaban a relucir, ese haz celeste que brilla en la obscuridad de las noches lúgubres que se contemplan en las montañas de la sierra andina. Todo se tornaba tan incierto entre las ideas y las intenciones. Nicko se fue un momento a refrescarse mientras que Yue del mismo modo, los amigos de Yue fueron a adquirir unas bebidas para servir a sus acompañantes entre ellas, Yue; no habría nada de especial este signo de cordialidad y fraternidad entre amigos. Nicko pasaba entre las personas pidiendo permiso para pasar, mientras cruzaba entre la multitud percibió una presencia conocida que le causó nostalgia pero no sabía quién era… miraba alrededor pensando quién podría ser, conocía y sabía bien que no era alguien ordinario debido a la percepción de Atiy que emanaba que sin lugar a duda era la suya, pero cómo saberlo en sí. Pero al no poder encontrarla a la persona que buscaba, decidió regresar donde estaban los demás, mientras caminaba vio a los amigos de Yue echar unos polvos a los dos tragos que llevaban. Era algo que no le parecía a Nicko poder ver de los amigos, dice un viejo refrán Piensa mal y acertarás… pero él había podido percibir las intenciones de los dos chicos por lo cual siguió su camino para poder reunirse con los demás.

Qué podría decir de lo que vio, quizás se habría equivocado por toda la euforia que se manifestaba a su alrededor, buscaba respuestas para no pensar lo peor, pero en el pasado su percepción no se había equivocado; cuando llegó al grupo pudo ver que uno de los chicos invitaba uno de los tragos a Yue quien aceptaba gustosamente, él no sabía cómo decirle que no tomara ese trago pues sabía que eran sus dos amigos quienes le daban, no conocía la manera más sutil para que rechace esa bebida considerando que ella posiblemente conocía más tiempo a ellos que a su persona. 

Solamente un cruce de miradas entre los dos amigos de Yue, y ella en medio sin saber lo que pasaba por las mentes de los dos. Qué intención tendrían los dos, una buena y otra mala, todavía estaba en la línea frontera de la decisión de ella, Nicko no quería decir lo que vio pues era su amigo por más tiempo que él, pero tenía que hacerlo por ser su amiga y la preocupación de ella. Pero antes de decir una palabra, él demandó una decisión ante ellos dos. Ella debía escoger quien era su verdadero amigo, él expresó que escoja bien pues toda decisión lleva una consecuencia. Nicko solamente lo miraba con asombro pero no dijo nada. Después de unos segundos los dos amigos del chico estaban a su costado esperando la respuesta de Yue, para saber qué hacer. En verdad, el tiempo pasaba lentamente para la mirada de Nicko, percibiendo lo que pasaba a su alrededor, los chicos amigos de Yue, las amigas del chico, y finalmente a Yue. No tenía muchas dudas de lo qué pasaría de ese momento en adelante, en el fondo de su corazón quería equivocarse ante la percepción de sus Ojos, pero pensaba que no sería así.

Al oír la exigencia de su amigo, Yue no tenía opción de escoger la elección que creía que sería la conveniente, conocía a Nicko lo suficiente para saber lo que hacía o dejaba de hacer, la pregunta concernía si lo conocía en verdad, pero al decir su respuesta y aceptar el vaso que contenía la bebida, ella rechazaba la amistad de Nicko ante los demás y se quedaba con ellos. No había otra decisión prudente para realizar una elección de tal magnitud, pero había escogido lo correcto o lo incorrecto, nadie lo sabe en verdad hasta experimentar las consecuencias que el chico  había expresado al vociferar su demanda. Todo estaba dicho sin pronunciar alguna palabra para expresar el pensamiento de una decisión, de una elección para su razonamiento.


No quedaba algún motivo por el estar ahí en ese lugar, Nicko quiso despedirse de Yue pero ella lo rechazó expresándose que se vaya pues no debía estar ahí, y negándole la despedida se acercó a su amigo para poder seguir estar con ellos, no había que decir nada ante el final de la escena que ahora iba suscitando ideas en cada uno de ellos, los chicos demostraron la superioridad ante Nicko, y con respecto a las chicas, Nicko era un insolente que no sabía que decir para llamar la atención de Yue por la cual estaba ahí. Nicko aceptó la decisión de Yue y al verla por última vez, agachó la cabeza y diciendo: lo siento. Al terminar de decir la frase, dio un suspiro y dijo: cuídate mucho. Después de eso se fue caminando hacia un rumbo que no conocía aun dentro de ese lugar, pero solamente quería salir para poder pensar bien las cosas que habían pasado. No tenía otra alternativa para seguir ahí, todo circundaba en si en los recuerdos, y en cada paso que daba pensaba todo lo que había percibido y analizado, palabra por palabra, gesto por gesto, y en eso, Nicko había percibido una presencia cerca de él. En eso se detiene para saber de quién podría ser, pero sutilmente una chica de una tez clara de un cabello castaño lacio, de unos lindos ojos claros y contextura delgada se puso a su costado y le dijo: A pesar del sufrimiento y las decepciones aún sigues preocupándote y apoyando a las personas que te maltratan. En eso, Nicko había reconocido la dulce voz que le había hablado, y un leve movimiento de su cuerpo hacia ella, le respondió con dulzura: del mismo modo que lo sigo haciendo contigo, y lo sabes. Siempre seré así a pesar del dolor y el sufrimiento. Es el camino que escogí y sigo caminando.

Levemente ambos se miraron a los ojos, lo cual no lo hacían hace varios años atrás, ella aún seguía teniendo los mismos ojos nostálgicos y una suave sonrisa risueña, mientras lo miraba pensaba que seguía siendo él mismo de siempre. El pobre niño y torpe que era considerado por ella seguía siendo el mismo, y al percibir en ella comprendía por lo que pasaba. Pero no dijo nada pues decir algo solamente traería problemas en ese momento, la prudencia debía guiar sus acciones ahora, no podía dejarse llevar por los sentimientos del presente y del pasado, solamente los recuerdos eran las flechas que dirigían sus actos. Al final le expresó antes de retirarse: sabes Elune, cuídate mucho. Me alegro verte hoy, no pensé que sucedería en este momento ni en mis más peculiares pensamientos y razonamientos. Pero si sé lo que haré ahora.



Habiendo terminado de decir esas palabras, levantó lentamente su mano, específicamente con dos dedos toco suavemente su frente para luego retirarse del lugar, después de dar un paso mientras ella hacía lo mismo, y ella al pararse de nuevo ligeramente volteo para ver donde estaba él, mientras él estaba parado en ese lugar agachado la cabeza. Y al contemplarlo por una vez más dejo caer una ligera lagrima de su ojo izquierdo lo cual se limpió inmediatamente para buscar a su acompañante que tenía desde la aquella despedida que tuvo con Nicko en aquella mañana donde se habían dicho un hasta luego que luego se convirtió un adiós, no importando quien había roto su palabra. Él había percibido la lagrima solamente recordó su sonrisa de ensueño de aquella tarde donde el sendero se hacía claro donde difícilmente pudo concebir que sería obscuro. El sello del Espejo del Alma había sido renovado como también la promesa que él le había hecho a ella. Era lo que él esperaba de tiempo realizar para continuar su sendero aunque fuera incierto.
Al caminar hacia la salida de la discoteca se cruzo por primera vez con aquel que había conocido por foto como él también le había conocido por foto, el encuentro de ambos eran simplemente la casualidad de la vida en un momento inoportuno para pensar sobre el pasado hacia ese momento. Nicko seguía tranquilo hacia su destino incierto que estaba fuera de la discoteca, el otro chico seguía su camino hacia su enamorada con prisa para saber cómo se encontraba pues si él se había cruzado quizás ella también, y no sabía cómo reaccionaría debido que él mismo había presionado hace años para su alejamiento total. Y aún hasta el mismo instante seguía teniendo miedo de que él pudiera causar un cisma en su relación. Cuando la encontró estaba medio ida, eso significaba que se habían visto. Solamente se acercó a ella y la besó para que se olvidara de Nicko. Y al final siguieron los dos celebrando su aniversario.


Nicko se había acercado a la puerta de la salida de la discoteca y por última vez, vio a Yue tomando con sus amigos. No dijo ni hizo nada, pensó que había actuado mal debido que debía saber lo que él había visto, pero ella había decidido a sus dos amigos y no escucharlo a él. No quedaba nada. Al salir veía las cosas diferentes, lo primero que hizo fue contemplar la linda luna que brillaba aquella noche, le hacía recordar tantas cosas como la primera salida que tuvieron Yue y él. Una tarde accidentada para encontrarse para salir a conversar. Aún recordaba que un jueves soleado en la tarde, después de esperar una hora se pudieron ver pasando por los percances inesperados, aun recordaba que venía con ropa negra y una cartera marrón, y su cabello castaño suelto. Caminando se sentaron a conversar en una banca por un largo rato hablando de tantas cosas. Al final terminó aquella inesperada salida de una tertulia coloquial. Las historias de ella y las historias de él, historias en cierto modo, similares pero diferentes a la vez. Ha pasado tiempo de aquella salida, entre los días y los meses había transcurrido momentos para evocar en circunstancias de reflexión.