Quizás la ironía de escribir sea lo más
curioso de estas letras. No sé si esté bien o esté mal en el sentido que quiera transmitir algún
mensaje. Tal vez quisiera expresar en vocablos en alguna lirica o expresión de oda, cómo saberlo en verdad en esta
disyuntiva de una carta de amor o de
confesión, o de expresión o de vociferación, o de desahogo o simplemente sea
una carta para ser leída y dejada en el viento de la montaña.
Pensar en la literatura andina es muy diferente que la literatura peruana debido que ha pasado muchas transiciones en las traducciones
del idioma, pero quizás lo más probable en el significado de la esencia del
mensaje que sea más directo o
más complejo. Realmente hace mucho tiempo que no escribo, y no sé si lo esté haciendo bien conociendo el
bagaje literario de los literatos universales o europeos, y de los escritores peruanos como de los literatos
peruanos modernos o en general
que expresen las ideas cómo creen que es el mundo. En este momento
al aumentar algunas
palabras, quizás disminuya ciertos vocablos, para
extender lo más que pueda alguna solución de este sistema dinámico
en algún punto de bifurcación de aquel ciclo limite
que quisiera encontrar
en vos.
Fue
una introducción, algo quizás para hacerte fastidiar, y en verdad
me gustaría verte sonreír levemente primero, y luego verte reír,
y quizás o talvez exigir
alguna explicación que evidencie lo que he expresado en estas letras. Sé
que te gusta reír mucho en contraste a mi persona con una mirada más divergente de lo que
parecería, aunque yo diría que es más convergente de una manera estocástica, mi querida mademoiselle, y quizás saber qué soy un ente de información que circula en muchas orbitas
hace que sea interesante las conversaciones de subcategoría generadas en una mesa frente a frente. No ayudaría
qué describiera el ambiente de las dos ocasiones
que nos reunimos o salimos,
quizás profundizar en las palabras
de manera independiente como colectiva con
las demás, y manifestar la concepción interpretativa no ayude mucho contigo debido que debo ser directo al
evidenciar el mensaje descriptivo o subjetivo
pero objetivo. Ser el libro de pulsaciones eléctricas que parezco; sea lo que no
me guste en una
atmosfera de ese ambiente sináptico que nos envolvemos, pero
queremos al anhelar que satisfagamos
los pensamientos sobre la burbuja que conocemos, y diferenciamos siendo un juego de sombras que se entremezcla
entre luz y oscuridad, ideas o sueños, anhelos
o decepciones, curvas o superficies de alguna realidad alterna en las
muchas dimensiones de la vida o del pensamiento que no quieren converger o tal vez deseen diverger
entre sí.
O
posiblemente no signifique nada como lo somos en la inmensidad de este universo
tan amplio y con la apertura de las múltiples dimensiones existentes que pueda generar
una oportunidad.
Quizás el mejor
resumen de esta carta sería el siguiente, me preguntaste después
de la primera vez si me
gustabas, aunque no di una respuesta explicita,
y tal vez di una implícita o mejor dicho una evasiva. Pero siempre me ha gustado ser tan caótico
como ordenado posible
porque la vida es más
divertida con los vaivenes que se dan, entre la
información objetiva y los sentimientos
objetivos; podría decir que sí me interesas mucho dentro de la pregunta del día jueves sobre la autonomía de reconocer sobre la esencia del propio ser, y cómo lo
expresamos en la tangibilidad del momento y un efímero instante
eviterno. Lo más interesante e irritante es cuando conversas y alejas la mirada a
tu izquierda, y ante las interrogantes de la vida piensas sobre alguna catarsis para preguntar
sobre la información de la vida o la vida que es una información, o el
conocimiento mismo evidenciando la vida. Prefiero la tercera opción en verdad,
y quizás seas la compañera
para compartir esa percepción tan interesante de vida.
Bueno, aquí se termina la carta donde el último párrafo
lleve el mensaje directo pero los dos anteriores tiene más detalles
de contexto. Me alegra mucho conocerte, aunque fueron muchos
años en un intervalo muy amplio sin saber
quién eras. En verdad, debo confesar que no soy nada interesante, solamente soy un chico
algo peculiar nacido en la sierra y formado por antiguas tradiciones andinas como
por una ciencia formal que no sé cómo llegué a aprender; pero la curiosidad y
la imaginación de algún devenir
ayuda a vivir un día
a la vez en la vida.
Chaska,
warmi chejchikuy. Sirwarqentikuy killa taki llanthu
k’asakuykanki.
Fue
un gusto, aunque quizás un disgusto ante tanto reflejo
de alguna moneda romana que fue la unión de esta desunión interesante de
aprender de alguien que es una ilusión amigable de una posible guerra que se combate en los
días del pasado que van mostrándose en el presente de un ayer y de un mañana.
Cuídate mucho.
Quizás el alto viento de la montaña
pueda volver a converger los
caminos tan oscilatorios que se presentan en lo que denominamos coincidencia o providencia. La alegría de
haber contemplado tu sonrisa me gustó mucho admirar. Pero en los senderos hacia la montaña
las rocas nos ayudan a recordar que la altura se evoca con suspiros y sonrisas en el dolor. El cantar de un rio nacido
en el ocaso de un amanecer ante los
Apus permiten conocer lo que en la infinidad de las situaciones que uno discierna solamente queda una decisión
ante una sutil palabra que sea el reflejo de todo lo experimentado en un devenir interesante de información y conocimiento
efímero sin ninguna transcendencia
más que la satisfacción de conseguir la felicidad que uno busca y ese es el sentido
de la vida misma. Ser feliz en el día a día con una expresión
risueña.
Sobre mi vida no tengo mucho que decir en verdad… no tengo nada interesante que me pueda distinguir de otras personas; no tengo mucho interés en sobresalir dentro del espectro social que presiona en los Autovectores de la realidad que debería realizar para conseguir alguna aceptación. Ya te he indicado o dicho o manifestado o expresado o versado que solamente soy un pequeño chico peculiar, algo distraído y torpe, ido y despistado; pero todo esto la única y verdadera palabra que me describiría sería peculiar. No sé si sea lo suficiente para responder tu pregunta principal en esa mesa donde conversamos sobre la estocasticidad de la vida o de los electrones, prefiero la vida en vez de los electrones, y manifesté que era solamente alguien que vive contemplando el amanecer y el ocaso.
Por consiguiente, finalizo estas pocas letras de un pobre
matemático que anda por ahí sin saber que hacer
con su vida de acuerdo a lo que la sociedad espera que sea en estos tiempos tan
interesantes de la vida misma en las
circunstancias que cambiaron la esencia de la convivencia misma. Y entre estas cosas, me alegra mucho haberte
conocido esa noche en aquella banca dentro de Plaza norte donde quizás fue la tercera opción de las
ochenta formas que había pensado que seria que te encontraría en ese devenir de mensajería en tiempo real que
usamos para comunicarnos, y tal vez podamos seguir
utilizando en el tiempo que nos permita las
decisiones de cada uno. Gracias.